LO QUE SE IGNORA NO EXISTE

LO QUE SE IGNORA NO EXISTE

Hace poco menos de un mes Facebook me censuró la fotografía que acompaña este post. Al parecer, mostrar nuestras vulvas con toda naturalidad y espontaneidad, hirió la sensibilidad de alguien. Esta red social se hizo eco de la denuncia y me desactivó mi cuenta. Lo que pretendía con aquella imagen era visibilizar nuestra vulva. Reivindicar su existencia. Reconocerla. Conocerla. Explorar todos sus recovecos, sentir y observar sus diferentes partes es clave para experimentar y disfrutar de nuestra sensualidad y sexualidad. Su conocimiento permite apropiarnos de nuestro cuerpo, de sentirlo nuestro, de sentirlo bello. Conocer nuestra vulva significa conectar con nuestro placer . Nuestra vulva es bella, tiene una gran capacidad para proporcionarnos un sinfín de sensaciones y vivencias intensas . Pero, ¿conocemos todos los recovecos de nuestra vulva? ¿Sabemos si tiene puntos o zonas son más sensibles que otras? ¿Conocemos todo el potencial de energía que puede fluir de su interior? ¿Nos identificamos con nuestra vulva? ¿Dedicamos tiempo y espacio para explorarla y disfrutar de ella? ¿Tenemos una buena relación con nuestra vulva? Todas preguntas que pretendíamos responder en el taller. Lo que se ignora no...
¿INTEGRAMOS, LAS MUJERES, EL SEXO EN NUESTRA VIDA COTIDIANA?

¿INTEGRAMOS, LAS MUJERES, EL SEXO EN NUESTRA VIDA COTIDIANA?

¿Integramos, las mujeres, el sexo en nuestra vida cotidiana? ¿ Pensamos en el sexo durante el día? ¿Tenemos fantasías erótica a lo largo de la jornada? ¿Al mirar a una persona que nos atrae, la imaginamos en la cama? ¿Nos regodeamos en el placer que podemos sentir si hicieramos realidad nuestra fantasía más placentera? Si tenemos pareja, ¿cuánto tiempo al día dedicamos a hablar sobre nuestros deseos sexuales? ¿lo que nos gustaría practicar? ¿lo que nos gusta de nuestra pareja? ¿cuántas veces comentamos con nuestra pareja lo bien que lo hacemos en la cama? ¿cuántas veces reflexionamos sobre el tiempo y el espacio que nos ocupa el sexo? ¿Cuánto tiempo al día dedicamos las mujeres a conectar con nuestro cuerpo? ¿Somos conscientes de las sensaciones físicas y emocionales que tienen lugar en el proceso de excitación? ¿Nos damos permiso, las mujeres, a la expresión “apasionada” de nuestros deseos sexuales? ¿Expresamos lo que “nos pone” y lo que no nos gusta?¿Compartimos nuestro placer con la pareja ( o con quien nos de la gana) o estamos a expensas del placer de la/el otro/a? ¿Nos adueñamos de nuestro placer? ¿Cuanto tiempo al día dedicamos a nuestro autoerotismo? ¿Pensamos en ello? ¿Nos estimulamos durante el día con situaciones, personas o fantasías que alimenten nuestro deseo sexual? Incorporar la sexualidad a nuestra vida cotidiana supone alimentar nuestro deseo sexual, intensificar el placer y una mejora en  nuestro bienestar emocional y...
MEJORAR NUESTRA SEXUALIDAD SIEMPRE ES UN PLACER

MEJORAR NUESTRA SEXUALIDAD SIEMPRE ES UN PLACER

¿Por qué mejorar nuestra sexualidad siempre es un placer? Porque: Nos permite un continuo descubrimiento del propio cuerpo y mayor conocimiento de su funcionamiento sexual. A su vez, implica estar conectada y a gusto con el propio cuerpo. Nos sentimos libres de expresar los propios deseos y necesidades sexuales Sentirnos satisfechas sexualmente implica compartirla con quién deseamos procurándonos, no solo bienestar físico, sino también bienestar emocional. Mejora la calidad de nuestra relación de pareja, si la tenemos. Mejora nuestro estado de ánimo y libera tensiones. Somos consciente de la importancia de dedicar tiempo y espacio al autoerotismo para estar activas sexualmente. Nos valoramos sexualmente. Hablar sobre sexo, sobre lo que nos pasa, sobre cómo lo vivimos y experimentamos, evitará crearnos problemas y, si los tenemos, saber que hay formas de solucionarlo, con la ayuda de una...
¿DESEAR O SER DESEADA?

¿DESEAR O SER DESEADA?

El aprendizaje es parte fundamental para nuestro desarrollo en la vida. En todos los aspectos o áreas de la misma es necesario para avanzar adquirir los elementos que nos permitan desarrollarla y adaptarnos a nuestro entorno. Por lo tanto, la cultura es una parte fundamental para ese desarrollo. A nivel sexual, particularmente en las mujeres, esa “cultura” ha condicionado el deseo sexual de una forma determinante. Los roles de género marcan nuestro comportamiento sexual, estamos condicionadas/os a comportarnos de una determinada manera por el hecho de ser mujer u hombre. Desde pequeñas aprendemos muy bien la lección. La mujer aprende a “ser deseada” y el hombre a “desear”. Esta diferencia marca de forma importante no solo nuestro comportamiento sexual sino nuestro comportamiento ante la vida. Podemos apreciar a lo largo de la vida de la mujer y en sus diversas etapas, lo mismo en el hombre, cómo esta condición “ser deseada” (en la mujer) y “desear” (en el hombre) dirige nuestras relaciones con el otra/o. Si ponemos atención a nuestro lenguaje, que es la traducción de nuestras creencias internalizadas o aprendidas, veremos cómo lo llevamos a la práctica sin ser muy conscientes  de ello. Una tarde una amiga (heterosexual) que acababa de cumplir los cincuenta años me comentaba que un hombre encantador, guapo e interesante la había invitado a salir a cenar, ella se lo pensó. Finalmente, le puso una excusa y no aceptó tal invitación a pesar de  que lo deseaba. Le pregunté cuál había sido el motivo de su negativa, “la verdad – me contestó – ¿de qué le voy hablar? además estoy un poco gorda, tendría...