Hace poco menos de un mes Facebook me censuró la fotografía que acompaña este post. Al parecer, mostrar nuestras vulvas con toda naturalidad y espontaneidad, hirió la sensibilidad de alguien. Esta red social se hizo eco de la denuncia y me desactivó mi cuenta.
Lo que pretendía con aquella imagen era visibilizar nuestra vulva. Reivindicar su existencia. Reconocerla. Conocerla. Explorar todos sus recovecos, sentir y observar sus diferentes partes es clave para experimentar y disfrutar de nuestra sensualidad y sexualidad. Su conocimiento permite apropiarnos de nuestro cuerpo, de sentirlo nuestro, de sentirlo bello. Conocer nuestra vulva significa conectar con nuestro placer . Nuestra vulva es bella, tiene una gran capacidad para proporcionarnos un sinfín de sensaciones y vivencias intensas .
Pero, ¿conocemos todos los recovecos de nuestra vulva? ¿Sabemos si tiene puntos o zonas son más sensibles que otras? ¿Conocemos todo el potencial de energía que puede fluir de su interior? ¿Nos identificamos con nuestra vulva? ¿Dedicamos tiempo y espacio para explorarla y disfrutar de ella?
¿Tenemos una buena relación con nuestra vulva?
Todas preguntas que pretendíamos responder en el taller. Lo que se ignora no existe