¿CÓMO TE RELACIONAS CON TUS GENITALES?

¿CÓMO TE RELACIONAS CON TUS GENITALES?

“Yo pertenezco a la generación del “ahí abajo” -dice Gloria Steinem al prologar el libro Monólogos de la Vagina–  Es decir, ésas eran las palabras –pronunciadas rara vez y en voz baja– que las mujeres de mi familia usaban para referirse a todos los genitales femeninos, ya fuesen internos o externos.”

¿Ha cambiado esta situación? En pleno siglo XXI, ¿nombramos nuestros genitales muchas veces y en voz alta? ¿Distinguimos la vagina, de la vulva? ¿Reconocemos los labios mayores de los menores? ¿Conocemos la función de nuestro clítoris? ¿Podemos con toda naturalidad y espontaneidad e, incluso, con orgullo nombrar nuestros genitales? ¿Los describimos de forma que nos hacemos una idea positiva de ellos? ¿Animamos a nuestras hijas, si las tenemos, a conocer y a explorar sus genitales?
El conocimiento de la anatomía de los órganos sexuales femeninos y su funcionamiento debe ser parte fundamental de nuestro aprendizaje sexual.

Muchas mujeres no tienen una idea clara de sus genitales, incluso les resulta difícil nombrarlos, por lo que utilizan con frecuencia eufemismos, como “ahí abajo”, “mis partes”, “cuando me toco ahí”, “la boca del cuerpo”, etcétera. A veces, incluso, les son desconocidos.

Diferenciar sus partes, conocer sus nombres, no es tarea fácil para la mujer si no se encuentra frente a un libro en el que le explique, clara y detalladamente, las distintas partes y los respectivos nombres de su zona genital.

Las mujeres, en general, tampoco se plantean la importancia de tener un conocimiento claro de los genitales y de su función. Es una parte del cuerpo al que no se  da la trascendencia que merece; muchas mujeres sólo atienden a ellos  cuando surge alguna dificultad, dolor, picazón o infección.

La higiene, no obstante, cobra un gran protagonismo; el mensaje  que se transmite hasta la saciedad es  “debes mantenerte limpia y segura”.

Esta falta de relación con los genitales femeninos la constato no sólo en la consulta, sino también en los talleres de sexualidad para mujeres, que imparto desde hace algunos años, donde me encuentro reiteradamente con una falta de reconocimiento de esta zona del cuerpo.

Una de las sesiones de estos talleres está dedicada a conocer los genitales. Las mujeres que participan en ellos, se asombran cuando les propongo, como ejercicio para casa, que se observen, exploren y toquen sus órganos sexuales. Al preguntarles cómo se han sentido cuando han hecho los ejercicios, la mayoría de ellas comentan que al ser un ejercicio extraño para ellas, se sienten “un poco raras” o incómodas, porque es algo -dicen- a lo que no están acostumbradas.

Una de ellas comenta: “Al principio me sentí un poco ridícula e incómoda, pero después he pensado: ¿por qué tengo vergüenza de mi propio cuerpo? Es mío, me pertenece a mí. ¿Por qué mis sentimientos rechazan algo tan íntimo de mí?”

¿Te animas a explorar tus genitales y conocer más sobre ellos?

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